Permanencia injusta del régimen de Venezuela

Nicolás Maduro de Venezuela impuso por la fuerza la toma de posesión de su tercer período de presidencia el pasado día 10 de enero. Sin esclarecer la sospecha de injusticia en las elecciones presidenciales, realiza como hecho consumado su triunfo electoral, ignorando la opinión pública. El Consejo Nacional Electoral, bajo control del régimen actual, anunció el triunfo de Maduro sin publicar los detalles del resultado de las elecciones realizadas en julio del año pasado, pese a la severa crítica de la opinión interna y externa. Si hace hincapié en su victoria, debería publicar, antes que nada, las pruebas claras que la testifican. Se considera que en las elecciones del año pasado, el 80 % de los votos fueron emitidos a favor del candidato de la oposición, sin tomar en cuenta a los 8 millones de venezolanos fuera del país privados del derecho de votar. 

Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición que reclama su victoria a base de su escrutinio propio, fue obligado a exiliarse a España por la presión del régimen y poco antes de esta toma de posesión presidencial viajó a algunos países latinoamericanos y Estados Unidos para solicitar apoyo de esos países.

El régimen de Maduro expidió la orden de detención del Sr. González y el día 9 de enero, María Corina Machado, líder de la oposición, fue detenida temporalmente por haber participado en la protesta contra el régimen. En las demostraciones de protesta del año pasado, muchos ciudadanos fueron arrestados y hay muertos y heridos.

Estados Unidos y Europa ratificaron su apoyo al Sr. González y los cancilleres de G 7, incluyendo Japón, emitieron la declaración conjunta de protesta contra la permanencia injusta de Maduro. Pero, Maduro, con el respaldo de Rusia y China, sigue agarrado al poder.

Se dice que en las fuerzas armadas del régimen de Maduro existen más de 2 mil generales, más numeroso que la suma total de los generales de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) compuesto por 30 países, beneficiándose con salarios extraordinarios. 

El estado miserable que ha causado el gobierno dictatorial de Maduro estará lejos de resolverse si sigue tal como está. La comunidad internacional necesita luchar persistentemente para que se respete la voluntad del pueblo venezolano a través de las elecciones justas. Los países democráticos, incluyendo Japón, no deberían mirar con indiferencia el despotismo y el formulismo de las elecciones de Venezuela.

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