Ya les había presentado “MUÉRETE, ¡Y VERÁS!” de Manuel Bretón de Los Herreros, conocido como escritor del teatro romántico del siglo XIX. Ahora me gustaría que ustedes conocieran otra comedia del mismo autor, titulada El pelo de la dehesa que también gozó de un gran éxito en aquella época. Es realmente genial el intercambio cómico de palabras entre los actores y actrices, pero aquí me permito solamente resumir el hilo de la historia.
ACTO PRIMERO
Don Frutos, rico hacendado de Belchite, Zaragoza, llega a la Corte madrileña, tras un largo viaje, para casarse con Elisa, hija de una marquesa. Cuando la familia marquesa de Elisa estaba en bancarrota, el padre de Frutos le prestó una ayuda económica con el compromiso de que su hija recibiría a su hijo como su esposo. Pero poco después, ambos padres se fueron al otro mundo. Elisa tenía un novio llamado Miguel que la amaba. Pero ella aceptó la sugerencia de su madre de obedecer al compromiso de su padre. La madre esperaba contar con la gran fortuna de Frutos. Desde el momento en que llegó a casa de Elisa, Frutos se siente incómodo al confundir a la criada Juana con Elisa, tratando de abrazarla.
ACTO SEGUNDO
Elisa se queja de mal tono y de la rudeza de Frutos, pero la madre le dice que dos meses en Madrid serán suficientes para que se vuelvan finas y pulcras sus conductas y es una bobada renunciar por los escrúpulos de ella al acaudalado yerno. En cuanto a la figura de Frutos a las dos les agrada, creyendo que es un buen mozo, blanco, rubio… Frutos dice que cuando se junta con alguien, no le pregunta su apellido ni su nombre, pues le basta con que sea honrado y dice ¿quién será el santo varón que diga con juramento: ¡veinticinco abuelos cuento y ninguno fue ladrón!?
ACTO TERCERO
Remigio, criado de Frutos, le confiesa que no está muy seguro del amor de Elisa hacia él, pero él contesta que Elisa, con su boca de almíbar, le juró su amor. La madre de Elisa procura hacer cambiar el traje rústico de Frutos, pero él no deja de resistir. El desea vivir con Elisa en Belchite, dejando a la suegra en Madrid, pero ni una ni otra lo acepta.
ACTO CUARTO
Al levantarse por la mañana, Frutos se sorprende por el hecho de que toda la casa esté solitaria y silenciosa. Según Juana, criada de la casa, la madre y la hija aún no han vuelto del baile y eso ha sido el pan de cada día. Frutos no puede tolerar que su novia se cambia de traje ocho o diez veces al día y tampoco Elisa al novio quien se levanta y se acuesta temprano, poniéndose la misma cazadora todos los días. Frutos se pregunta angustiado si la novia está enamorada de él o de sus rentas y por qué ha venido él a Madrid. Entonces aparece Miguel, ex novio de Elisa y conversa entre los dos.
ACTO QUINTO
El día de la firma del contrato nupcial, Frutos le pide a la madre de Elisa deshacer la boda. Sorprendida la suegra, lo niega, argumentando que ya estarán presentes el notario y mucha gente como testigos. Allí aparecen Elisa y Miguel y éste confiesa que su esposa no será rica con él, pero su amor. . . Entonces la suegra, por primera vez, abraza a los dos y los felicita. Frutos también alaba a la suegra, diciendo que así es la verdadera madre y viendo que todos quedan satisfechos, rompe sus documentos, y añade que él entiende algo de filosofía, aunque todavía tiene el pelo de la dehesa. Pese a la invitación de todo el mundo, se marcha él, diciendo “A Belchite, a Belchite! La corte no es para mí.”
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