De los Clásicos Castellanos de Espasa Calpe, compuestos por 185 libros que adquirí hace más de medio siglo en México, saqué La Celestina –Tragicomedia de Calisto y Melibea– de dos tomos y la leí con alegrías y penas.
Esta obra publicada a fines del siglo XV en la época de los Reyes Católicos se tituló al principio Comedia de Calisto y Melibea, corrigiéndose luego a Tragicomedia de Calisto y Melibea y finalmente, agregando el nombre del personaje principal de la obra, se estableció el título como aquí aparece citado.
Calisto, un joven noble, enamorado de una bella chica llamada Melibea, recurre a una vieja alcahueta profesional que nombran Celestina por consejo de su criado para que sirva de intermediaria de su amor y resulta ser una historia en que todos los interesados terminan con su muerte trágica. En España la comedia no siempre significa teatro cómico, sino que es un nombre que abarca una amplia forma de teatro, sea cómico o trágico. Esta es una novela muy larga en forma de teatro y no parece un formato creado para representarse en el escenario.
La edición más antigua de la obra existente (1499) es de 16 actos, pero las ediciones posteriores de 1502 son de 21 actos. Respecto al autor, se consideraba por mucho tiempo que era Fernando de Rojas (1465-1541), de familia de judíos conversos, pero recientemente la opinión más convincente es que Rodrigo de Cota, toledano judeoconverso, escribió el acto primero y Fernando de Rojas los actos restantes. En el acto primero se demuestra la idea básica de la obra y se presentan los personajes principales. Es una obra maestra de la literatura española de la edad media y ejemplo monumental de la prosa española, siendo asimismo primicia de la novela picaresca. Sin embargo, para nosotros los japoneses no es fácil disfrutar de su lectura, ya que el sistema de escritura, ortografía y la conjugación de verbos son anticuados.
El argumento de la obra es como sigue.
Joven Calisto, al buscar un halcón que intentaba cazar, entra en el huerto de Melibea y al verla casualmente, ha caído violentamente enamorado de ella. Le pide su amor, pero ella lo rechaza. Su criado Sempronio le aconseja que recurra a una vieja llamada Celestina famosa como alcahueta en el área. Pero la intención real del criado Sempronio era aprovechar el amor de Calisto para aliarse con la vieja. El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue maestra de Celestina, no tenía confianza en ésta e intenta disuadirlo, pero termina despreciado por su señor al que sólo le importa satisfacer sus deseos. De allí que Sempronio y Celestina se asocian para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que produzca.
Siendo Celestina también una maga, mediante sus habilidades dialécticas y el auxilio de alguna de sus pupilas, atrae la voluntad de Pármeno y por medio de la magia de conjuro trama acciones para que Melibea se enamore de Calisto. Como premio Celestina recibe una cadena de oro, que será objeto de discordia, pues la codicia la lleva a negarse a compartirla con los criados de Calisto. Estos terminan asesinándola, por lo cual son apresados y ajusticiados.
Las prostitutas Elicia y Areúsa, que han perdido a Celestina y a sus amantes, conspiran para que el rufián Centurio asesine a Calisto, pero este en realidad solo armará un alboroto. Mientras, Calisto y Melibea gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que sus criados están en peligro, Calisto intenta saltar el muro de la casa de su amada, pero resbala, cae y muere. Desesperada, Melibea se suicida y la obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea, quien lamenta la muerte de su hija.
Con el realismo sereno de los judíos conversos se describen vívidamente las características tanto de Celestina vieja y astuta como de las personas de la clase baja. Asimismo, los autores no creyentes del catolicismo tradicional arguyen que no existe en realidad el amor del caballero perfecto con la dama ideal que aparece en la historia de amor tradicional de la corte y esta parece una parodia que satiriza tal amor. El mayor atractivo de esta obra en la que se enredan amor, muerte y codicia, consiste en captar la psicología humana y describir con base en ella los caracteres humanos, en particular, se exaltan con expresiones acertadas las figuras de Celestina y de las prostitutas, así como también a otras personas de la clase baja.
Desde el momento en que adquirió fama esta obra, el nombre propio de Celestina se convirtió en el sustantivo que significa mujer que concierta una relación amorosa. Si intentamos buscar una obra semejante en la literatura clásica japonesa, sería Hombre lascivo y sin linaje (1682) de Ihara Saikaku, que trata de un perfecto hedonista que no hace caso ni de las enseñanzas de Buda ni del confucianismo.
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