El mundo es ansí de Pío Baroja

 Pío Baroja (1872-1956) es uno de los escritores representativos de la generación de 98, siendo un vasco escéptico que tras haber estudiado medicina se dedicó a escribir novelas. Yo recuerdo que leí esta obra por primera vez hace mucho tiempo en el vuelo de Buenos Aires a Lima por Aeroperú y ahora acabo de leerla nuevamente. La protagonista, Sacha Savarov, es una joven rusa con gran sensibilidad y carácter melancólico. La novela consta de tres partes.

 En la primera parte encontramos a Sacha Savarof, una chica nacida en una finca próxima a Moscú, siendo su padre un militar distinguido y severo, y su madre, hija de un alemán rico. Divorciados sus padres, Sacha crece en Moscú, mimada por su padre. Simpatiza ella con los ideales de la revolución bolchevique de 1905 y se identifica con sus ideales, participando en las manifestaciones de los trabajadores. Es detenida por la policía durante algunos días y su padre le envía a Suiza para estudiar. En Ginebra conoce a Ernesto Klein y a Vera. Con el primero contrae matrimonio y tiene una hija. El matrimonio, sin embargo, no termina bien y finalmente se separan. Con Vera establece una gran amistad para toda la vida. Sacha envía cartas con tanta frecuencia a Vera que a través de ellas podemos enterarnos de los pormenores de su vida.

 En la segunda parte Sacha se aleja de Suiza como si huyera de los lugares llenos de recuerdos amargos y llega a Florencia. Su vida bien aprovechada en la esplendorosa ciudad italiana se conoce a través de las cartas que Sacha envía a Vera. Soltera y melancólica, sus observaciones del ambiente y de las personas con las que se cruza son placenteras. Pero, de repente, aparece en su vida un pintor español adinerado, Juan Velasco, y se casa con él.

 La tercera y última parte de esta novela acontece en España, tierra de su esposo. Sacha atraviesa la península ibérica y llega a Sevilla. Al conocer el interior de España, advierte que las costumbres del pueblo español y su temperamento peculiar son completamente contrarios a los suyos. Ella le detalla a Vera sus impresiones y comienza a dudar de si ha acertado esta vez con la elección de Velasco. Durante su estancia en España se profundiza la desilusión de la joven, y sólo ve el mundo como un lugar extraño y cruel. Las ilusiones de la juventud han desaparecido para dar paso a un terrible vacío. Por casualidad, se topa entonces con una inscripción en un escudo de armas de una casa del pueblo de Navaridas, en el que se lee «El mundo es ansí». Es decir, todo es crueldad, barbarie e ingratitud. Sacha recuerda también que al hombre que la quería humildemente, desinteresadamente lo había tratado con indiferencia y desdén, y al separarse de Juan, ella se marcha sin despedirse.

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