Los árboles mueren de pie por Alejandro Casona

 Alejandro Casona (1903-75), dramaturgo y poeta español, publicó esta obra en 1949, representándose posteriormente tanto en Argentina como en España. La protagonista de la obra es una abuela que decide elegir, para felicidad de todos, la ficción en vez de la realidad. Es una abuela, que parece muerta por dentro, pero de pie, como un árbol, que se mantiene en su feliz ilusión, desafiando en su inocencia a una realidad incómoda y hasta triste. La obra tiene tres actos, que pudiéramos resumir así:

Acto Primero

 La familia Balboa era grande y feliz, pero permanecen sólo tres: el abuelo, su esposa (la abuela) y su nieto. Los abuelos intentaron prestarle todas sus atenciones al nieto, el único que les queda de la familia, pero tal vez por mimarlo demasiado, el joven termina pasando las noches con frecuencia fuera de casa, endeudándose por apuestas y finalmente llega a cometer crímenes. Al advertirle el abuelo, el nieto responde con violencia, y sin poder tolerar más, el abuelo Balboa lo expulsa de su casa.

 La abuela que tanto amaba al nieto no atrevió a oponerse, pero queda deprimida visiblemente y se debilita día a día. El abuelo, que no podía contemplarla en tal estado, comienza a enviar cartas falsas a la abuela en nombre del nieto, desde Canadá cada dos o tres meses y a las cuales la abuela enviaba respuestas. Las cartas del nieto decían que se había graduado de la Universidad de Montreal, había viajado en trineo por el bosque y el lago, había iniciado el preparativo para ser arquitecto, se había enamorado de una hermosa mujer y se había casado con ella, entre otras buenas noticias.

 Un día, sin embargo, el nieto sorpresivamente envía un telegrama, informando que volvería a casa en buque dentro de una semana y la abuela queda muy complacida de poder verle después de 20 años de ausencia.

Acto Segundo

 El nieto parecía querer volver a casa para pedir el dinero, pero según informa la prensa, el buque se hundió en alta mar sin sobrevivientes. Balboa no lo avisa a su esposa para no entristecerla y contrata con una institución benéfica para que envíe una pareja que jueguen los papeles de Mauricio, el nieto e Isabel, su esposa. Y ambos logran mantener excelentes relaciones con la abuela.

Acto Tercero

 Una noche muy tarde, sin embargo, el nieto verdadero llegó a casa. El abuelo queda asustado, pero el nieto dice que él no estaba en el buque hundido por accidente y que no volvía a casa para pedir limosna, sino para recibir los doscientos mil pesos que le corresponden del legado de sus padres. El nieto tenía confianza en la respuesta de la abuela, pero el abuelo se resiste a que sea recibido por la abuela, un poco ignorante e inocente, aunque al fin el nieto y su abuela terminan conversando. La abuela, sin embargo, rechaza la demanda del nieto, alegando que no puede admitir que el alegre y feliz muchacho que vive bajo su techo no sea su nieto, y este pobre canalla que llegó sea su verdadero nieto, y en fin rechaza la exigencia del joven. Y el nieto, apremiado por el actor Mauricio, se marcha de la casa.

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