Fuenteovejuna de Lope de Vega

 Lope de Vega (1562-1635) es uno de los escritores representativos del Siglo de Oro de España, llamado “monstruo de la naturaleza”, comenzó a escribir a los diez años de edad. Su vida era como una novela, mezclándose aventuras, pasiones vehementes y conductas morales de la clase media. La enorme cantidad de sus obras abarcan casi todos los temas: la Biblia, mitos antiguos, biografías de los santos, historia de tiempos antiguos, crónicas de la Edad Media y sus leyendas, los acontecimientos de su tiempo y la vida española de entonces, etc.

 Se dice que esta obra se basa en el acontecimiento que sucedió realmente en los tiempos de los Reyes Católicos (1474-1516) en el pueblo de Fuenteovejuna de la provincia de Córdoba. Como el trasfondo del suceso, existía un conflicto sobre la Ciudad Real que fue trasladada del dominio islámico al cristiano respecto a quién debía gobernarla, Portugal o España (Castilla).

ACTO PRIMERO

 El drama se inicia con la visita de Fernán Gómez, Comendador Mayor de la Orden de Calatrava a su superior Maestre de la Orden de Calatrava. Fernán Gómez actúa como si la villa de Fuenteovejuna fuera su tierra privada. Él desea que la Ciudad Real pertenezca al lado portugués y sugiere al Maestre joven para que tome ese partido en la guerra civil.

 Con un rápido cambio de escena, dos mujeres de Fuenteovejuna, Pascuala y Laurencia, dialogan sobre las artimañas del Comendador para seducir a las mozas de la villa, reuniéndose allí un grupo de tres hombres jóvenes también para discutir sobre lo que es o debe ser el amor. Mientras tanto el Comendador regresa de la Ciudad Real y un cortejo celebra la fiesta de bienvenida, participando en él todo el pueblo de Fuenteovejuna. Al final de la fiesta el Comendador envía a sus criados para que retengan a Laurencia y Pascuala. Ellas se resisten, pues adivinan las intenciones sexuales que se esconden en la invitación.

 Laurencia está conversando con Frondoso cerca de un arroyo adonde se aproxima el Comendador. Al ocultarse Frondoso entre la maleza, Fernán Gómez requiere de amores a Laurencia y cuando ella se niega, muestra una actitud violenta. Entonces Frondoso sale de su escondite y apunta al Comendador con la ballesta, obligándolo a retirarse.

ACTO SEGUNDO

 Aparentemente reina la calma en Fuenteovejuna. Irrumpe el Comendador en la conversación de la plaza y con tono insolente pide al alcalde Esteban que castigue a Laurencia y Frondoso por el agravio que le ha hecho en el campo. Esteban contesta con dignidad y energía, exigiendo respeto al honor de las gentes de Fuenteovejuna. Todos los presentes respaldan a su alcalde y recriminan al Comendador los conflictos que causa en el pueblo. El Comendador se burla abiertamente de la idea de que los villanos puedan «tener honor», pues considera que es un privilegio que sólo pueden poseer los nobles. El Regidor le recuerda sutilmente que la sangre de los villanos es infinitamente «más limpia» que la de muchos que se tienen por nobles. El Comendador, ofendido, los expulsa a todos del lugar de reunión. A solas con sus criados se lamenta de la actitud de los villanos y juntos se solazan comentando las conquistas femeninas que ha disfrutado el Comendador.

 Laurencia y Pascuala hablan del peligro que corre Frondoso si permanece en la villa, pero éste se niega a huir. Frondoso vuelve a declarar su amor a Laurencia y ella acepta ser su esposa. El alcalde se pregunta para qué sirve su autoridad si ha de permanecer pasivo ante tanta injusticia, y desea el triunfo de Isabel y Fernando en la guerra. En Ciudad Real triunfan las fuerzas de los Reyes Católicos y Fernán Gómez regresa a Fuenteovejuna en el momento en que se está celebrando alegremente la boda. En un acto más de tiranía despoja de su vara de alcalde a Esteban y le golpea con ella. El Comendador irrumpe en la boda acompañado de criados y soldados y ordena que no se celebre y que se lleven presos a los novios.

ACTO TERCERO

 Reunión del pueblo en la Sala del Consejo: Los hombres discuten los conflictos que sufren y exponen soluciones posibles. Se sugiere que la villa se acoja a la protección de los Reyes Católicos. El Regidor propone matar al Comendador. Entra en escena Laurencia, que ha logrado escapar del cautiverio, reprochando a los varones, el no haber emprendido acciones para rescatarla y defender el honor de la comunidad. Afirma que las mujeres de la villa sabrán hacer lo que los hombres no son capaces de concebir: defender su honra a mano armada. La asamblea determina matar al Comendador y con esta resolución se dirigen hacia la casa de la Encomienda.

 Frondoso está a punto de ser colgado cuando llega el pueblo en tumulto. Las mujeres permanecen cuidando las puertas y se preparan para recibir el cuerpo del Comendador cuando sea arrojado por la ventana.

 Los Reyes son informados de la reconquista de Ciudad Real y poco después de la ejecución del Comendador. El Rey ordena que un juez vaya a Fuenteovejuna para aclarar los hechos y buscar a los culpables de «tan grave atrevimiento».

 El pueblo de la villa está celebrando la muerte del tirano, mostrando su cabeza ensartada en una lanza. Los músicos cantan un estribillo en honor de los Reyes Católicos. Cuando el juez pregunta, “¿Quién mató al Comendador?”, contestan,”Fuenteovejuna, Señor” y cuando pregunta, “¿Quién es Fuenteovejuna?”, contestan,”Todo el pueblo, a una.”

 Finalmente, el juez renuncia a proseguir su investigación por falta de pruebas y los Reyes conceden el perdón al pueblo de Fuenteovejuna por la muerte del Comendador.

 Con razón, ésta es una de las obras de teatro más populares de España, ya que manifiesta su júbilo por haberse liberado de las malas costumbres de los señores feudales, pasando al sistema de monarquía que ha hecho universales los valores de la justicia y canta además las agallas del pueblo que no obedece tampoco dócilmente al régimen monárquico.

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